jueves, 17 de octubre de 2013



CÓMO

Cómo vivir sin querer la vida
que cada instante nos parece más triste,
cómo volver a amar la luz del sol
que se volvió penumbra desde que te fuiste.

Cómo creer otra vez en que hay amor
si nos traicionan cuando nos volvemos,
cómo confiar en quienes nunca aprecian
cuando sin dudar el alma entreguemos.

Cómo esperar con ansias unos besos
sin saber jamás si fueron nuestros,
o si sueñan mientras tanto en otros labios
que no pudieron borrar nuestros anhelos.

Cómo gritarle al mundo esta honda pena
si el viento no acoge nuestro llanto,
cómo decir que en el pecho se ahoga
este amor que de soledad se está acabando.

Cómo olvidar que están tan dentro
y que el alma nos consume poco a poco,
cómo odiar aunque sea por un momento
esto que sin piedad, al corazón volvió loco.

MAM


ESPERAR

Esta amargura me invade el alma
y el pecho me llena de un cruel dolor,
ya en la vida nunca habrá calma
mientras no estés junto a mí, amor.

Amor lejano, esquivo, voluble, sin razón,
solo feliz espejismo en la inmensidad,
surges sin aviso para engañar al corazón
y nos abandonas luego, en el dolor de la soledad.

Quiero entender, Amor, si tú eres vida,
si estás siempre en el pecho de un niño tierno
y en las manos de la madre que lo cuida,
por qué, cuando llegas a mí, llega el invierno.

Sigo esperando, sin embargo tu llamado
como el ciego que sin conocerla, la luz anhela,
aguardo con ansiedad aquel ser añorado
que el frío de mi alma y mi soledad consuele.

Más, como vivir contigo amor, si yo supiera
etender que eres capricho y eres rebeldía,
y cómo vivir sin ti amor, si yo pudiera
saber lo que será sin ti la vida mía.

MAM


DUDA

Soñar despierto como algo imposible
llevar el amor siempre a nuestro lado,
quién no ansía en el fondo del alma
tener junto a sí al ser amado.

Decir que la vida ha sido injusta,
que la felicidad nos fue negada,
que si el amor por fin ha llegado,
sin saber cómo, se nos ha escapado.

Saber con certeza sin embargo
que solo vivimos de ilusiones,
que todo en la vida es pura quimera,
que al final son solo sueños las pasiones.

Por eso la duda me invade el alma
y con angustia le pregunto al corazón
si eres un sueño, si estás a mi lado
o si tan solo he perdido la razón.

Más, si en realidad eres mía,
si tus ojos y tus labios no me han mentido,
si en verdad me amas, mujer querida,
valdrá entonces la pena haber vivido.

MAM.


DESCONFIANZA
Si nunca quieres contarme
alguna de las cosas que te alegran,
cómo esperar que puedas confiarme
todas las tristezas que te quejan.

Debo pensar que tu reserva
no tenga otra razón que tu candor,
no puedo creer que solo se deba
a que en tu corazón no existe amor.

Porque el amor es confianza entera,
es decirse las cosas por pequeñas que sean,
es no ocultar al ser que uno quiera
lo bueno, y lo malo, las alegrías y las penas.

Sentiría vergüenza entonces, vida,
contarte como antes mis pequeñeces,
si tal vez lo que mi corazón de confía
para ti tan solo sean unas cuantas ridiculeces.

Marco Alulema Miranda
Si algún día enterarme pudiera
de tus sentimientos por tu propia boca,
esta amargura en el alma no tuviera
que muchas veces buscar el fin me provoca.


AMIGO MÍO
(A la memoria de un entrañable amigo: Bolívar Chávez Quinteros, que amó tanto al río que le entregó la vida).

Te fuiste en silencio amigo,
tan noche,
muy discretamente
como fue tu vida.
Alegre en tu tristeza,
abierto en tu silencio,
amigo en tu soledad,
hombre digno en tu humildad
y muy grande en tu orgullo,
fuiste siempre…
el amigo.
Amigo, hombre,
sincero como nadie,
fuiste de un solo amor
y a él la vida entregaste.
Tu vida fue el río,
amor apasionado, sin reservas,
amor fiel sin condiciones,
amor que da la vida
y la quita cuando la quiere,
porque la vida cuando se ama
ya no es nuestra,
pertenece a ese amor…
y tu vida fue del río.
Y así debió ser
porque eso es el amor:
sublime pero cruel,
entrega y egoísmo,
pasión y decepción,
vida y muerte.
Y el amor son celos,
posesión total.
Tú, amigo, y el río
fueron el amor posesivo
y el río te quiso para él,
solo para él,
para nadie más;
y te quiso con él
y te llevó en sus brazos;
te amó tanto una noche
que ya no quiso compartirte
y te acogió en su tibio seno;
y te llevó a un sitio hermoso
donde te amará por siempre
porque tú amaste al río
y el río te correspondió,
porque al final
nunca fuiste nuestro,
de nadie,
solo de él,
amigo mío.
Fuiste tu y el río
y así debió ser,
porque el amor es todo
y es nada,
y con él te fuiste,
en sus brazos,
para siempre,
feliz,
en silencio,
en paz…
Amigo mío.

Marco Alulema Miranda