AMIGO MÍO
(A la
memoria de un entrañable amigo: Bolívar Chávez Quinteros, que amó tanto al río
que le entregó la vida).
Te fuiste en
silencio amigo,
tan noche,
muy
discretamente
como fue tu
vida.
Alegre en tu
tristeza,
abierto en
tu silencio,
amigo en tu
soledad,
hombre digno
en tu humildad
y muy grande
en tu orgullo,
fuiste
siempre…
el amigo.
Amigo,
hombre,
sincero como
nadie,
fuiste de un
solo amor
y a él la
vida entregaste.
Tu vida fue
el río,
amor
apasionado, sin reservas,
amor fiel
sin condiciones,
amor que da
la vida
y la quita
cuando la quiere,
porque la
vida cuando se ama
ya no es
nuestra,
pertenece a
ese amor…
y tu vida
fue del río.
Y así debió
ser
porque eso
es el amor:
sublime pero
cruel,
entrega y
egoísmo,
pasión y
decepción,
vida y
muerte.
Y el amor
son celos,
posesión
total.
Tú, amigo, y
el río
fueron el
amor posesivo
y el río te
quiso para él,
solo para
él,
para nadie
más;
y te quiso
con él
y te llevó
en sus brazos;
te amó tanto
una noche
que ya no
quiso compartirte
y te acogió en
su tibio seno;
y te llevó a
un sitio hermoso
donde te
amará por siempre
porque tú
amaste al río
y el río te
correspondió,
porque al
final
nunca fuiste
nuestro,
de nadie,
solo de él,
amigo mío.
Fuiste tu y
el río
y así debió
ser,
porque el
amor es todo
y es nada,
y con él te
fuiste,
en sus
brazos,
para
siempre,
feliz,
en silencio,
en paz…
Amigo mío.
Marco
Alulema Miranda
No hay comentarios:
Publicar un comentario